El diecinueve de
septiembre de 2015, nos desplazamos cuarenta y cuatro socios, a San Carlos de
la Rápita para visitar la ciudad, siguiendo, principalmente, la ruta histórica
de la Rápita, relativa a los proyectos que el rey Carlos III debía tener en
mente para el desarrollo de la nueva población, el actual San Carlos, a
mediados del siglo XVIII.
La Rápita, provincia de
Tarragona, era una fortaleza que los árabes edificaron para controlar las
embarcaciones que navegaban por la costa y río arriba, y con la intención de
construir un pueblo a su amparo, dadas las ventajas que ofrecía la zona
resguardada por el puerto natural que se iba formando, con la acumulación de
los sedimentos que el río aportaba. Aprovechando esas condiciones, Carlos III
proyectó una ciudad que debía convertirse en uno de los grandes puertos
naturales del Mediterráneo occidental. El proyecto, aunque se inició, incluso
se construyeron canales y edificios importantes, fracasó. No obstante, en su
honor, en honor del rey, pasó a llamarse San Carlos de la Rápita.
La arquitectura en gran
parte es de estilo neoclásico; nosotros, con la ayuda de un guía local, la
fuimos descubriendo: Empezamos por la iglesia nueva, donde se puede observar la
majestuosidad de las características del proyecto de la nueva ciudad, seguimos
por la plaza de Carlos III, la cual constituyó una auténtica revolución urbanística,
los arcos y porches que la rodean albergan edificios de gran importancia como
la casa de Laureano; continuamos por las estrechas calles del convento y el
mercado fortificados, lo que da idea de las acciones de los piratas, y bajamos
hasta la fortaleza de Carlos III construida
para
proteger la entrada al puerto de los Alfaques.
Terminada la primera parte
de la visita, acudimos al Restaurante Gran Buffet la Rápita, donde disfrutamos de
una espléndida comida amenizada a los postres por un dúo músico vocal. Por la
tarde visitamos el mirador de la Guardiola, situado en la cima del monte
"La Torreta" de 116 m. de altitud, coronada por una estatua del
Sagrado Corazón de Jesús. Desde el Mirador contemplamos el Parque Natural del
delta del Ebro, las lagunas la Encañizada y la Cerrada, las salinas de la
Trinidad, la Bahía de los Alfaques y el río Ebro, que se divisa a lo lejos. A
continuación visitamos la lonja, el puerto pesquero y el Museo del Mar del
Ebro. Terminada nuestra visita, regresamos contentos a Castellón por el día tan
agradable que habíamos pasado en esa bonita ciudad llamada San Carlos de la Rápita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario