La "Torrá"
(asado de carnes y embutidos a la brasa) y el Concurso de paellas que se
celebran todos los años en la ciudad de Benicasim (Castellón) el 18 de enero, es
un acontecimiento importante dentro de las fiestas y celebraciones que tienen
lugar en la Comunidad Valenciana, motivado por la devoción que sus gentes
tienen a San Antonio Abad, monje egipcio cristiano, pionero de la vida ascética
y contemplativa (año 246), amante de la naturaleza, de los animales y patrón, desde
hace siglos, de los ganaderos.
La fiesta tiene dos
partes. La "Torrá" se inicia de madrugada con el encendido de las
hogueras que horas después sus brasas se utilizarán por varios miles de personas:
vecinos, turistas, nacionales y extranjeros, familias, grupos, vecinos, para
asar las viandas donadas por el Consistorio, acompañadas con hogazas de pan,
cervezas y refrescos, sin faltar el preceptivo y reglamentario "ajoaceite"
que se aprecie en todo buen almuerzo de la región levantina. En su conjunto es
un montaje al aire libre con diez hogueras que caldean el ambiente festivo de
una fría mañana de Enero, en el que el humo y el perfume característico de los
asados, y la alegría de la gente, hacen el resto, resultando un festejo
memorable que se repite todos los años.
La segunda parte de la
jornada la constituye el "Concurso de paellas" en la calle Mayor de
la ciudad, también al aire libre. Temprano, colocan pequeños montones de arena
en las aceras y calzada, donde poco a poco se ubican las paellas, y junto a
cada una de ellas los grupos de familias, "collas" o amigos montan
sus tenderetes para iniciar el espectáculo de fuegos, olores y humos que
constituyen la esencia del mejor y más completo plato de la "cocina
nacional": la paella valenciana. El conjunto y el ambiente es
espectacular; lo forman varios centenares de paellas con sus fuegos. Son como
centenares de pequeñas "gayatas" culinarias, éstas sí con "foc y
fum, y a demés perfum", ("fuego y humo y además perfume") en el
que lo importante no es la competición del concurso sino la comida del grupo,
en fiesta y alegría que viene después, hasta avanzada la tarde y que agrupa a
miles de personas.
Es tradicional que los
ancianos de la Residencia "El Pinar" con algunos voluntarios de apoyo
de nuestra Real Hermandad, asistan todos los años a la "Torrá" para
participar en la fiesta y demostrar año tras año que se sienten importantes en
la sociedad a la que tanto han dado. En esta ocasión el grupo lo formábamos veinticinco
personas. Fue una jornada inolvidable, que ya proyectamos la logística
necesaria para el año que viene participar también en el concurso de paellas. ¿Por
qué no? Se lo contaremos.
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