El pasado 20 de junio de
2006 y como fruto de las buenas relaciones existentes entre la Dirección de la
Residencia el Pinar y la Delegación en Castellón de la Hermandad de Veteranos
de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, así como la dedicación de los
miembros del Voluntariado a la hermosa tarea que en ese centro vienen
desarrollando, tuvo lugar una excursión a la Albufera de Valencia.
Así que, en un autocar
dispuesto para que pudiesen acomodarse personas en sillas de ruedas, salimos
hacia las 10,45 de la mañana un nutrido grupo de residentes, acompañados por
varias enfermeras del Centro y dirigidos todos ellos por el incansable Javi y
un buen número de voluntarias y voluntarios.
Para los voluntarios
fue como un regalo de fin de curso esta idea nacida del corazón de los
responsables de ambas entidades. Sólo el ver la ilusión que tenían los
residentes al poder salir para pasar lo que sería un inolvidable día de campo,
ya suponía un premio que se reflejaba en el rostro de todos. Y también un
aliciente para ir creciendo en el amor y la amistad para con aquellas personas
que, por diversas circunstancias, se ven obligadas a recluirse unos durante el
día y los más permanentemente en la Residencia El Pinar.
Una vez hubimos cruzado
Valencia, rebosante de modernidad por todas partes, nos dirigimos hacia la
Albufera, por el camino de El Saler. Habíamos dejado Castellón con un cielo de
tonos grisáceos y la Albufera nos recibió con el azul diáfano e inigualable de
la hermosa tierra valenciana y que Sorolla supo plasmar como nadie en sus
bellísimos lienzos.
Ya en el Restaurante El
Canyamel unos optaron por quedarse con aquellas personas que no podían, por su
estado, hacer un paseo en barca y otros optaron por acompañar a los que sí
podían ir en la barcaza: Nos adentramos aguas adentro y quien más quien menos
recordó, recorriendo aquellos cañaverales, la genial obra "Cañas y
barro" del inmortal y universal escritor val1enciano Vicente Blasco
Ibáñez. Y así alguno de mejor memoria nos hizo recordar a aquel Tonet, el nieto
de la casa de Los "Palomas" y que bastantes años atrás muchos de los
que ya peinamos canas tuvimos ocasión de ver en la que entonces era la mejor
T.V. de España. T. V. E. Incluso nos fue dado ver la típica casa valenciana
donde se rodó la serie "Cañas y Barro".
De vuelta ya del paseo
en barca donde se desbordó el buen humor, los cantos y las risas nos dispusimos
todos a degustar el plato seguramente más universal de nuestra querida España: la
Paella.
Finalizada la comida, todos
de nuevo al autocar, cuyo conductor con la misma pericia que nos había traído
nos devolvió a nuestro punto de partida. Allí, hacia las 6 y algo de la tarde
llegamos felices y contentos. Besos, abrazos y saludos y cada uno se fue para
su casa agradecidos por la gran idea que tuvieron nuestros dirigentes de
regalarnos con un día inolvidable en el que se estrecharon aún más si cabe los
lazos ya existentes. Una vez más pudimos comprobar aquello de que el que da
algo con amor y desinterés recibe mucho, pero mucho más.
Emilio Aguirre Sáez de Tejada
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