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Viaje por Galicia

Del trece al diecinueve de mayo, un numeroso grupo de veteranos, la mayoría pertenecientes también al voluntariado, de la delegación de Castellón, con su Presidente al frente, hemos tenido la oportunidad de volver a Galicia. A Galicia siempre se vuelve. Esta vez, después de visitar brevemente León y descansar allí una noche, llegamos a El Ferrol, base de operaciones, desde donde nos adentraríamos en la Mariña Coruñesa y las rías del Golfo Ártabro y la Mariña Lucense también con sus numerosas rías. "Las rías altas'', en las que el mar se amansa y se serena como para no amedrentar con su bravo oleaje y sus mareas a los ríos que llegan ya casi exhaustos a mezclarse con él.


Visitamos Puentedeume, con su hermosa ría, que otros llaman de Ares, con resonancias del Conde Pérez de Andrade, cuyo sepulcro, a lomos de dos enormes animales, un jabalí y un oso, ocupa ostentosamente el centro de la iglesia; Sada, la perla de las Mariñas, y la señorial Betanzos con sus construcciones modernistas, amplias y luminosas, y el recuerdo de los hermanos García Naveiro, indianos, liberales y filántropos, cuya estatua preside con todo merecimiento la gran plaza que lleva su nombre.

Camino hacia Sargadelos, con su museo de la cerámica y su hermoso paseo de los enamorados, pudimos ver la laguna artificial de As Pontes, y allá enfrente la sierra Faladoira, y nos sentimos ya engullidos en los bosques de infinitas gamas de verde, salpicado con el amarillo del tojo y de la retama. Aprovechando la marea baja, pudimos admirar de cerca las impresionantes formaciones rocosas que un mar bravo ha ido haciendo y que se llama con acierto la playa de Las Catedrales. Nos hubiera gustado seguir allí esperando la subida de la marea para contemplar cómo el mar labra día a día esas formaciones arquitectónicas grandiosas. Llegamos a Ribadeo y su ría, ya casi en la frontera con Asturias; y visitamos Mondoñedo, la otrora poderosa sede episcopal, y hoy un poco venida a menos.


El plato fuerte fue sin duda la visita al museo naval y la dársena en la ría que ha dado origen y vida a El Ferrol. En estas excursiones es cuando más se aprecia el valor del compañerismo y el sentirse arropado por otras delegaciones como la de El Ferrol y por los que, jóvenes y en activo, profesionales y especializados, mantienen el mismo sentido del deber y del compañerismo. Recibidos por el Capitán de Navío Rosique Nieto, Jefe de la 31 Escuadrilla de Escoltas y acompañados por el Capitán de Fragata Aguirre Aldereguía, Comandante de la "Cristóbal Colón", pudimos visitar la fragata más moderna de España. Una gozada para los amantes de la electrónica y la informática.

Si se va a Galicia hay que ir a Santiago. Paraguas en mano, y en una sola mañana, además de presentar nuestros respetos al Patrón, pudimos ver la Catedral, la Plaza del Obradoiro y su entorno con una tromba de agua y con sol. Y seguramente es cierto que Santiago, bajo la lluvia tiene un sabor especial.

Y para no tener que ir después de "morto", decidimos peregrinar a San Andrés de Teixido. Un lugar donde se aúnan devoción, superstición y leyendas medievales. El santuario, de origen templario, está en los bosques que llegan hasta el borde de altísimos acantilados. Este fue ¿o tal vez es?, con su fuente de tres caños, con su humilladero, y con la reliquia milagrosa del santo apóstol, el último reducto de las meigas, de las ánimas en pena, de la santa compaña ... El romper del mar embravecido contra las rocas se mezcla con el rugir del viento en el bosque. A lo mejor es cierto que el bosque y las olas están animados.

En Santiago se reza, en Vigo se trabaja y en Coruña se vive. Por eso no podíamos menos de viajar hasta La Coruña, dar un largo paseo desde la Torre de Hércules a lo largo de todo el paseo marítimo, subiendo al monte de San Pedro y callejear sosegadamente por la abierta, luminosa y siempre acogedora Coruña. Si algo hay que resaltar de este viaje, es sin duda el compañerismo con el que hemos sido acogidos y el muy buen clima de hermandad durante los siete días de viaje. Objetivo cumplido. Volveremos, si Dios quiere.

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