Entre el 7 y el 15 de
junio de 2009, tuvimos la oportunidad de realizar un precioso viaje por la costa
adriática, que nos permitió conocer aquellos lugares que tan reiteradamente
escuchamos a principios de los años noventa, con ocasión de la última guerra
que ha tenido lugar en suelo europeo.
Aunque aún pudimos ver
huellas de aquella guerra, nos sorprendió el enorme esfuerzo realizado para
recuperar la normalidad y, fruto de ello, es la cantidad de turistas que han
vuelto a tan maravillosa costa.
Conocimos Croacia a
fondo, Zagreb, lagos de Plitvice, Zadar, Sibenik, Dubrovnik, Split, Trogir,
Pula, Isola, descansando en muy cómodos hoteles y acompañados por un eficiente
guía que nos explicó con detalle los lugares visitados.
Pero, curiosamente, el
viaje nos dio la oportunidad de entrar en otros tres países; Eslovenia
(vimos su capital, Ljubljana, y las grutas de Postojna, una de las más grandes
del mundo), Bosnia-Herzegovina (ya que nos detuvimos en el enclave de Neum,
único acceso de este país al mar) e Italia (pues el viaje comenzó y finalizó en
Venecia, que visitamos durante un día y medio).
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